Todo por la Poltrona

Actualizado 30.05.2024

Yo no voté al Partido Socialista Obrero Español para esto. Nadie me dijo que mi voto iba a servir para romper España, porque no se dejen engañar, lo que ha sucedido esta mañana en el Congreso de los Diputados es que un Presidente que nunca ha ganado unas elecciones, pero que es un auténtico superviviente, se ha prestado a perdonar la mayor afrenta que un estado democrático puede sufrir en libertad. Y lo ha hecho después de prometer varias veces que no lo iba a hacer. Y no lo ha hecho por la convivencia, o por avanzar hacia la paz o por superar una página vergonzosa de nuestra historia reciente. No, lo ha hecho porque era la única forma de mantenerse en el poder. Y lo que ha supuesto es solo abrir la Caja de Pandora, porque esto ha sido solo el principio, y los que brindan con la ruptura de España brindan ante lo que ha sido el primero de sus logros, pero que a buen seguro no será el último. Ya presumen de ello, ahora votarán, seguro que votarán.

Pedro Sánchez se ha escondido de las reacciones como hace siempre, ha votado y se ha escapado, furtivo, como parece hacer en todas las situaciones en las que su guardia pretoriana  no ha podido aderezar el paisaje convenientemente. A partir de ahora, los que disfrutan de la ruptura que ha supuesto el perdón a los que odian España, a los que reniegan de su lengua común, de su historia enriquecedora y de la fuerza que nos ha dado siempre la unidad, van a frotarse las manos cada vez que el Gobierno necesite ganar una votación, porque ninguna va a ser gratis. A lo que no renuncian, a lo que no van a renunciar es a coger el dnero que puntualmente les paga España por trabajar activamente en su destrucción.

No esperéis mi voto en las próximas europeas, porque ya no cuela lo de que viene la "ultraderecha", como no cuela lo de que viene el coco cuando el niño se porta mal. Ya somos mayorcitos. Hasta hoy, todos nos dejábamos engañar con que se estaba trabajando por el bien de España. A partir de hoy, seguir manteniendo esta felonía es ser cómplice de lo que ha pasado, y de lo que pueda pasar a partir de ahora. Ya no es una cuestión de "rojos" y "azules". Es una cuestión de decencia e indecencia. 

Yo tengo profundas convicciones socialistas y de justicia social, pero no voy a volver a ser cómplice de la destrucción de mi nación para mantener a un narcisista al que le superan las ansias de poder. En las próximas elecciones no voy a dejar que mi voto lo maneje el miedo. En las próximas elecciones votaré con decencia. No se a quien, pero tengo claro a quien nunca más.