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Reconciliación en piedra. El "Ángel de Valdepeñas", una larga sombra de Memoria y Olvido

Reconciliación en piedra. El "Ángel de Valdepeñas", una larga sombra de Memoria y Olvido

Actualizado 07.02.2024

Han pasado ya 48 años desde aquel día en que el estruendo de la violencia sacudió a Valdepeñas, un suceso que, a pesar de su distancia temporal, sigue resonando en los corazones y la memoria de sus habitantes. El "Ángel de Valdepeñas", una imponente estructura de piedra compuesta por dos columnas de 25 metros que soportan a un ángel de 15 metros, con sus alas desplegadas y sus manos posadas sobre una espada de 10 metros, fue víctima de un ataque terrorista que cambió para siempre su significado en la comunidad.

Este monumento, encargado por el régimen franquista al escultor Juan de Ávalos, se erigió no solo como una obra de arte soberbia sino también como un símbolo que, con el tiempo, trascendió su origen para convertirse en un emblema de reconciliación y concordia para los habitantes de Valdepeñas. La estructura, más allá de su valor estético o su intención original, se convirtió en un lugar de encuentro, un refugio para crear memorias felices, como aquellas tardes de merienda en familia bajo la sombra protectora del ángel.

Sin embargo, este símbolo de unión fue objetivo de un atentado, presuntamente por parte de grupos terroristas antifascistas como GRAPO o FRAT, que buscaban, a través del daño a un icono del franquismo, manifestar su oposición. La explosión no solo dañó parte de la estructura física del monumento sino que también creó una herida en el tejido social de Valdepeñas, un recordatorio de las tensiones y los conflictos que han marcado la historia reciente de España.

A casi medio siglo de este evento, el "Ángel de Valdepeñas" sigue esperando una restauración que no solo repare su estructura dañada sino que también simbolice la restauración de la memoria colectiva de la Valdepeñas. La falta de acción por parte de los sucesivos gobiernos municipales no solo habla de una posible reticencia política o económica sino también de un olvido que pesa sobre la importancia de este monumento como lugar de memoria y encuentro.

La historia del "Ángel de Valdepeñas" es un reflejo de lo complejo que habita en  la memoria histórica en España, donde los símbolos del pasado siguen siendo puntos de fricción y debate. La restauración de este monumento podría ofrecer una oportunidad no solo para reparar una obra de arte sino también para reconciliar, una vez más, a una comunidad con su pasado, reconociendo el dolor y la división pero también la capacidad de superación y unión ante la adversidad.

La sombra del ángel se extiende mucho más allá de su forma física; es un llamamiento a la reflexión sobre cómo elegimos recordar nuestro pasado, cómo sanamos nuestras heridas colectivas y cómo construimos un futuro en el que el arte, la memoria y el perdón juegan un papel crucial en la reconciliación y la paz.

Por desgracia, acutalmente el “Angel de Valdepeñas” es solo la mina de oro en la que pescan rateros en busca de chatarra, el lienzo de jóvenes vándalos que expresan un arte mal entenido y un especie de basurero, donde lats y cristales se difuminan en el suelo.