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Absuelto el portero de una discoteca acusado de agresión en Ciudad Real

Actualizado 19.03.2024

La noche de fin de año de 2016 en El Condensador de Fluzo, Ciudad Real, se tornó el inicio de una larga batalla judicial que acaba de concluir con la absolución de Stefan I.M., un portero de discoteca acusado de causar lesiones graves a un cliente, M.B. Después de un proceso que se extendió durante casi ocho años, la sección segunda de la Audiencia de Ciudad Real ha dictaminado que no existen pruebas suficientes para atribuirle la responsabilidad de las lesiones sufridas por el denunciante.

El incidente se remonta a una discusión a las puertas del local, cuando el acusado, ejerciendo su labor de control de acceso, decidió no permitir el ingreso a M.B. por su estado de embriaguez evidente. Según el fallo, esta decisión desencadenó una disputa verbal que finalizó con la retirada del denunciante. Horas más tarde, en otro establecimiento y bajo circunstancias distintas, M.B. sufrió una caída provocada por un tercero, que le ocasionó la fractura de tibia y peroné. Fue semanas después de este suceso cuando decidió presentar una denuncia en una comisaría de Madrid, señalando a Stefan I.M. como el responsable de sus lesiones.

La credibilidad del testimonio de M.B. se vio seriamente cuestionada por el tribunal, destacando la inconsistencia y falta de coherencia en sus declaraciones. Cambios en la narrativa del suceso, contradicciones evidentes, y la falta de menciones clave en sus primeras declaraciones, como la presencia de un acompañante, restaron solidez a su versión de los hechos. A esto se suma la imposibilidad de la fiscalía de presentar testigos que respaldaran la acusación, en contraposición a los testimonios presentados por la defensa, que corroboraron la versión del acusado.

Rodrigo García, abogado de Stefan I.M., expresó su satisfacción ante el veredicto, remarcando el impacto negativo que la acusación tuvo sobre su cliente durante los ocho años que duró el proceso, especialmente en el ámbito laboral. Por su parte, la fiscalía, que había solicitado una condena de cinco años de prisión para el portero, aún tiene la posibilidad de recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo.

Esta resolución no solo cierra un capítulo turbulento para el acusado, sino que también pone de relieve la importancia de la solidez y coherencia del testimonio en el proceso judicial, especialmente en casos donde la prueba directa es escasa o inexistente. Con la absolución de Stefan I.M., el tribunal deja en claro que las dudas sobre la veracidad y consistencia de las acusaciones pueden ser determinantes en el desenlace de un juicio, subrayando la premisa fundamental de la presunción de inocencia.